La nece(si)dad del olvido



De tus fotos y de las mías;
fragmentos de tiempo congelados.
De tus besos y tus caricias;
recuerdos que merecen ser olvidados.

De ti quise mis días: de tu sonrisa tímida,
de tu mirada perdida y tu estridente voz.
De las plumas de tus alas quise mis almohadas,
del vaso de tu silencio bebo mi alcohol.

He perdido la cuenta de las líneas que te he escrito,
he perdido la cuenta de los tragos contigo.
He perdido la cuenta de las lágrimas derramadas,
recuerdo cada una de las horas quemadas.

Mi café se ha terminado,
mis ojos no pueden llorar
y en mi cuerpo un deseo tatuado:
nunca dejarte de olvidar.